jueves, 28 de noviembre de 2019

Esperanza


Recuerdo aquella habitación, la vela encendida sobre la base de un trozo de espejo,encima de un armario viejo. Era mi pequeño santuario de la esperanza, rodeado de oscuridad,que yo mismo provocaba cerrando puerta y ventana. La luz tenue luchaba por mí, porque le confiaba mi salvación de la tristeza. Estaba convencido que la esperanza hechaba raíces dentro de mí, y poco a poco iba floreciendo atravesando mi ser más profundo. Simplemente, me  dejaba llevar y por un momento me quedaba embobado observando como un ser tan pequeño era capaz de vencer la oscuridad.

Sueño

 En mis naufragios no echo la culpa a la mala mar Nadie me ha robado la tierra firme Ni el viento me ha empujado O digo que he zarpado del p...